El 17 de agosto se cumplen 171 aniversarios del pase a la inmortalidad del padre de Nuestra Patria, el General Don José Francisco de San Martín y Matorras.
José Francisco, viene a la ciudad de Buenos Aires, desde Yapeyú, al poco tiempo de su nacimiento, y pasa por un corto periodo de tiempo con sus padres aquí, en La Trinidad, según tengo entendido, compran una casa grande en donde vive con su familia, siendo vecino de de la familia de los Las Heras, abuelos de Juan Gregorio, en la vieja calle Piedras, barrio de San Juan cerca del templo, esto me recuerda en donde vivían mis tatarabuelos, alto contiguo de San Pedro, no sé si se cruzaron en el Buenos Aires fundacional alguna vez.
Tienen otra casa chica que venden en 1791, barrio de Montserrat, allí no más, y ya por 1783 se van a Montevideo para partir rumbo a España, y luego desembarcar en el puerto de Cádiz; ese lugar, da la casualidad, de ser el del nacimiento de mi tatarabuelo José, también militar que llega a estas tierras y se casa por 1685. También lo era el padre de José Francisco, y después, los cuatro hijos varones San Martín.
Pasados los años, luego de sus estudios y progreso en su carrera militar, donde supo hacerlo muy bien en la madre Patria. Luego de participar en reuniones con otros americanos en Cádiz, decide la vuelta a la tierra donde lo vio nacer, con el fin de ofrecer sus servicios a Buenos Aires, lugar al que arriba en marzo de 1812.
Se instala en la gran capital del Virreinato del Río de la Plata, que se había emancipado desde el 25 de mayo de 1810, la revolución había elegido una junta para pautar los destinos con miras a la independencia total del reino de España. Así es incorporado a nuestro ejército como Teniente Coronel y destinado a disciplinar un cuerpo de granaderos a caballo, con el cual llevó adelante su único combate en tierra Argentina, brillante resultado en San Lorenzo, tierras que fueron de Don Lorenzo Suárez, y tomara su nombre; el convento San Carlos Borromeo, vino a reemplazar al heredado de los jesuitas al frente del Río Paraná, ese lugar del combate, denominado hoy, “Campo de la Gloria”; luego vendrán sus éxitos independentistas en Chile y en el Perú.
Anteriormente, al poco tiempo de llegar es incorporado a la sociedad de aquel Buenos Aires en 1812 y en ella conoce a la joven Remedios de Escalada, que en corto tiempo resuelven casarse, lo hacen en la Catedral, en donde luego descansarían los restos del General. Ella le da una hija que llamaron Mercedes Tomasa San Martín y Escalada, que fue quien lo acompaña en sus días en Europa hasta su muerte el 17 de agosto de 1850, dejando atrás ya 171 años de su paso a la inmortalidad.
Por Perú, en 1822, decide renunciar y volver nuevamente a Buenos Aires, pasando por Mendoza, se dirige a casa de los Escalada, ya viudo, arreglando asuntos y en 1824 decide embarcarse con destino por segunda vez a Europa en donde vela por la educación de Mercedes, quien luego se casa y le da dos hermosas nietas que disfruta en sus últimos años.
Por el año 1829 regresa a esta tierra del Plata, y viendo los problemas de nuestra anarquía, decide no desembarcar, toma camino a Montevideo donde reside alrededor de tres meses para tramitar arreglos particulares, partiendo ese mismo año de nuevo a Europa.
Ya por 1880 regresa fallecido en el transporte Villarino en su viaje inaugural desde el puerto de Havre, llega su corazón y su cuerpo para descansar en nuestra Catedral Metropolitana de Buenos Aires, en la tierra que había nacido y le dio la libertad, lo mismo que a Chile y Perú.
San Martín descendía de familias hidalgas españolas, fue un militar destacado en estrategia, y político rioplatense muy ilustrado, libertador de tres países, desde muy pequeño había dejado esta tierra con sus padres, donde luego abraza la carrera militar, allá y en su tierra de nacimiento, muy buen amigo y contaba con amistades importantes. El estudio de los hechos pasados nos revela y nos hacen al conocimiento cada vez más preciso y verdadero, atendamos para no repetir los que son negativos, el pasado es memoria viva, el presente para activar, y de eso depende el futuro…
El Gran Libertador, nacido en América, José Francisco de San Martín y Matorras, merece todo nuestro reconocimiento y un eterno homenaje.
Noé Zenón Suárez Casielles